Summary
De camino a casa, Heather, borracha, ayudó a un pequeño elefante rosa que lloraba porque tenía la nariz fría.
Ella le hizo al elefante del tamaño de la palma de su mano una cubierta para la nariz, y el elefante afirmó ser el Dios del deseo y el afecto sexual.
“Por tu ayuda, te dejaré compartir un amor apasionado con el hombre más guapo del continente”.
Sin embargo, esto no fue una bendición de Dios, sino una maldición.
“Uf, descarado… Cómo, mientras dormía, ja… Me robaste la vagina”.
“Ah, sacerdote, está bien”.
“Ahora, detente, por favor detén este acto sucio, ja…”
“Eres tú quien está sacudiendo tu cintura, loco bastardo”.
Ashur fue elogiado como el hombre más noble y bello del continente. Pero en cuanto ella se topa con él, lo normal es que los dos acaben encerrados en una habitación cerrada.