Summary
Soy una princesa abandonada.
No, yo era una princesa abandonada.
Mi encantadora patrona.
Hasta que conocí al Marqués Joseph Patello.
***
“Mira. La princesa está rociando algo en la calle otra vez.”
“Esta vez, ¿es mármol, no dinero? ¿Eh? ¿No hará que te rompas la cabeza si resbalas con los pies?”
“… ¿Oro?”
“¡Cuentas de oro! Es oro de verdad!”
Las multitudes se reunieron como hormigas arrastrándose por el suelo y recogiendo las cuentas de oro.
“¡Su Alteza, Aristana! Es un gran honor conocerla así. Por favor, ¡recuerde mi nombre!”
Los nobles, que me han despreciado durante años, están ansiosos por adularme.
Sí, es tarde.
Caminé tranquilamente entre ellos y subí al carruaje.
“Vamos, Alteza”.
Ajá. El dinero y la adulación son lo mejor.
***
“… Es mi retrato.”
“Sí.”
Mi cabeza se quedó en blanco con la respuesta confiada.
En el espacio privado de este hombre, ¿había varios retratos míos colgados?
“¿Este también soy yo?”
“Así es.”
“¡Incluso este soy yo en el Imperio del Norte!”
“Sí, fue difícil de conseguir”.
“Marqués, ¿está usted loco?”
Marqués José respondió con rostro serio.
“A veces pienso así”.