“¿Por qué un personaje secundario en vez del principal?! Y de todos los personajes secundarios, por qué tengo que ser esta chica…”. Cuando volvió en sí, estaba en medio de la novela, [La emperatriz Rosalynne], como el personaje secundario del sacerdote, “Elena”. Además, la historia comienza justo después de que Elena estropeara un ritual sagrado y fuera tratada horriblemente por todos los que la rodeaban…
“¡Sólo hay una forma de salir de esto! Tengo que convertirme en la tutora del hermano pequeño del Emperador, el duque Levi”.
Elena pensó que podría vigilar a la protagonista de la historia, Rosalynne, mientras se desarrollaban los acontecimientos de la historia en la corte imperial, pero algo iba mal. “¿Igualdad entre plebeyos y yo, una noble? Será mejor que tengas cuidado”. La protagonista que tanto había admirado era una villana que discriminaba a los demás por su condición social.
“¡No podré soportarlo si todo acaba como ella quiere!”. Y así, Elena resuelve cambiar el desarrollo de la historia.
¿Podrá salir de su papel de personaje secundario y reclamar el puesto de protagonista?
